Mujer indígena en Bolivia trabaja con el algodón hace cinco décadas: un arte con valor cultural

Experiencias

“Tengo 62 años y sigo trabajando en la artesanía. Nosotras, mujeres, este es nuestro arte”, así se presenta la agricultora y artesana María Posiva, del Municipio de San Antonio de Lomerío, en Bolivia, que desde los 10 años aprendió el oficio del hilado con su abuela. El algodón está presente en su historia de vida, desde niña, ya que su familia cultivaba para producir sus propias ropas. 

Aún muy joven, se juntó a un grupo de mujeres de su comunidad, donde aprendió a coser. “Con los conocimientos, aprendí a producir hamacas”. María Posiva se casó y siguió con la artesanía en algodón, dividiendo su jornada entre las tareas de casa, la actividad en el campo y el hilado. Eso le permitió contribuir con ingreso para su familia, ayudando en los estudios de bachillerato de sus 11 hijos: “Es un recurso que nos ayuda mucho”. 

Hoy, ella es presidenta de una asociación de mujeres, conformada por cerca de 50 integrantes que tienen como enfoque de trabajo las artesanías con hilo de algodón. La artesana boliviana cuenta que sus productos ya cruzaron el Atlántico, logrando vender hamacas, manteles y bolsones a países como Italia. Sin embargo, María Posiva reconoce que la pandemia les ha afectado: “no llegan los turistas, no llegan a San Antonio. Perjudicó mucho nuestro trabajo”. 

Sin embargo, María Posiva ve con mucha esperanza la retomada del cultivo del algodón en su región: “El algodón se estaba perdiendo, pero ahora se está recuperando con artesanas que trabajan, siembran el algodón, hilan y tejen. “Nos están despertando, para que sembremos algodón de nuevo y, de esta manera, no perdemos nuestra cultura”. 

Hoy, la artesana también transmite sus conocimientos con otras mujeres, así como le enseñaron cuando era muy joven. María Posiva comparte sus saberes para la revalorización de los conocimientos ancestrales como, por ejemplo, del uso de raíces, tallos, cortezas o cáscaras de plantas para el teñido natural de los hilos de algodón. 

Nuevos conocimientos e intercambios

Con apoyo del proyecto de cooperación +Algodón, ella y otras mujeres de su asociación han logrado fortalecer sus capacidades por medio de cursos e intercambios de experiencias entre artesanas, incluso de otros países de la región. “Sabemos que siempre se necesita una capacitación para mejorar en el trabajo”, señala. 

El proyecto, que integra las acciones del Programa de Cooperación Internacional Brasil-FAO, es ejecutado en Bolivia, de forma conjunta por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Agencia Brasileña de Cooperación del Ministerio de Relaciones Exteriores (ABC/MRE) y los ministerios de Desarrollo Productivo y Economía Plural (MDPyP) y de Desarrollo Rural y de Tierras (MDRyT). 

Los problemas en conseguir los hilos, que no había más en su región, fueron resueltos con las maquinas hiladoras entregadas por el proyecto +Algodón. Ahora, ella y las otras mujeres de la asociación dan continuidad a la tradición ancestral del hilado del algodón que aprendieron con sus madres y abuelas.

Para la fecha de 8 de marzo, cuando se conmemora el Día Internacional de la Mujer, María Posiva deja un mensaje a las artesanas latino-americanas, como ella, para que no dejen la artesanía. “Trabajemos juntas, compartiendo ideas”.

Tomado de: FAO