La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) organizó el Conversatorio: Enfoques intersectoriales para Una sola Salud, el primero de la serie “Desafíos y oportunidades del enfoque Una sola salud, desde el sistema agroalimentario”, cuyo foco central es promover esta perspectiva integradora para un abordaje sistémico de la salud de personas, animales, plantas y medioambiente
“Una sola salud” es un enfoque unificador integrado que procura equilibrar y optimizar de manera sostenible la salud de las personas, los animales y los ecosistemas, resguardando la interrelación de las actividades relacionadas con la agricultura sostenible, la sanidad animal, vegetal, forestal y acuícola, la inocuidad alimentaria, la resistencia a los antimicrobianos (RAM), la nutrición y los medios de vida.
En este conversatorio, especialistas de las áreas de ganadería, acuicultura, agricultura y forestería, dialogaron sobre las oportunidades y desafíos que existen al abordar los sistemas agroalimentarios de manera coordinada con un enfoque en la sostenibilidad, la responsabilidad intergeneracional, y la protección de los recursos naturales y el medio ambiente.
Andrés González, Oficial de Desarrollo Ganadero y Sanidad Animal para América Latina y el Caribe de la FAO, se refirió al caso de la influenza aviar, y el trabajo requerido de los servicios veterinarios, fauna y medio ambiente, y salud pública, y la importancia de una fuerte estrategia de comunicación de riesgos preventiva para la población en general. “A través del enfoque de ‘Una sola salud’ es posible anticipar, prevenir, detectar y responder a enfermedades que pueden transmitirse entre animales y seres humanos, y garantizando la inocuidad de los alimentos.”, sostuvo.
En tanto, Natalia Cano Marimon, Coordinadora de Proyectos de Salud y Protección Forestal de la FAO, expuso que considerar ‘Una Sola Salud’ en el contexto de los ecosistemas forestales implica reconocer que los bosques saludables son fundamentales para la salud y el bienestar humano, ya que nos proporcionan alimentos, plantas medicinales, productos maderables y otros servicios ecosistémicos vitales, nos protegen de enfermedades, mejoran nuestra salud mental y física, y son cruciales en la lucha contra el cambio climático.
Por su parte, Gamini Manuweera aportó a la perspectiva de fondos en la Agricultura con varios ejemplos, pero resaltando los agroquímicos y la necesidad de repensar desde todos los actores del sistema su reducción de uso, sin impactar en la sostenibilidad de la producción de alimentos.
En el sector acuícola, los temas transversales planteados, apuntan a equilibrar el consumo de pescado, la sobrepesca y la producción acuícola con mínimos impactos ambientales; identificar y comunicar riesgos para la salud humana derivados de los contaminantes que se podrían encontrar en productos acuáticos; desarrollar y promover métodos de producción sin antibióticos ni químicos; y encontrar alimentos para animales acuáticos sostenibles sin contribuir a la sobrepesca ni afectar a la seguridad alimentaria de comunidades costeras o rivereñas de bajos recursos, comentó José Aguilar-Manjarrez, Oficial de Acuicultura para América Latina y el Caribe de la FAO.
Entre los desafíos regionales, los expositores señalaron que es clave apoyar al incremento de las capacidades de los gobiernos a través de legislaciones que consideren fondos y mecanismos formales que promuevan la coordinación intersectorial, facilitando la implementación de políticas y programas que gestionen los riesgos sanitarios de manera holística e interdisciplinaria; promoviendo un rol y responsabilidad activa de cada actor en beneficio de una gestión más efectiva en todos los sectores.
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