El Año de las Frutas y Verduras: El proyecto de huertas escolares y familiares

Experiencias

“Los alumnos apenas aguantaban 15 o 20 minutos de clase y después se dormían, o no tenían más ganas de estudiar. En el receso tampoco tenían ganas de jugar”. Esta cruda verdad la cuenta la profesora Rosa Acuña, supervisora pedagógica del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), encargada de la Región Educativa número 9, que comprende una zona de Asunción.

Ante el desolador panorama, gracias a la suma de experiencias y la colaboración de organismos internacionales, entre ellos la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), emprendieron un proyecto que promueve huertas escolares y familiares.

Se había detectado que un buen número de estudiantes reprobaba entre 5, 6 y más asignaturas por año. Uno de los motivos, según la investigación que hicieron, fue que la alimentación no era buena.  Como no podían quedarse con los brazos cruzados, plantearon alternativas de solución. Comenzaron con la producción de alimentos elaborados con soja. Se involucraron en el proyecto docentes, médicos y los mismos padres de los estudiantes.

Luego pasaron a las huertas escolares y familiares. Se empezó a proveer frutas y verduras a cada estudiante. Pensar cómo conseguir los productos fue otro desafío. “Los docentes y directores colaboraron muchísimo. Hacían traer a los alumnos frutas y compartían entre ellos. O los profesores traían y repartían por aula, pero eso no alcanzaba”, recuerda la docente.

“Luego tomamos como modelo la experiencia de la FAO con sus huertas pedagógicas. Y entramos en el tema de huerta escolar”, rememora la profesora Rosa para luego agregar que consiguieron semillas, entregaron en paquetes a los estudiantes y empezaron a distribuir entre todas las escuelas, cada año. “Capacitamos a docentes, estudiantes y padres. Se fue ampliando, al punto de que hoy ya no es pensar solo en la alimentación, sino más integral, porque se aborda temas como obligación de los padres, derechos y obligaciones, controles de salud”, comenta.

“Cuando comenzó la pandemia, el esfuerzo se centró en las huertas familiares, porque las escuelas se cerraron”, comenta la profesora para hablar de la situación sanitaria. Como las clases se trasladaron al modo virtual, el acompañamiento para mantener las huertas también pasó a esa modalidad. “Hoy estamos tratando de sostener las iniciativas, por la situación difícil que vivimos”, dice con un tono de angustia.

Frutas y verduras

Cabe señalar que, con el objetivo de sensibilizar sobre la importancia de las frutas y verduras para la nutrición humana, la seguridad alimentaria y la salud, y para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el año 2021 como el Año Internacional de las Frutas y Verduras (AIFV).

La FAO es el organismo encargado de celebrar el año en colaboración con otras organizaciones y órganos competentes del sistema de las Naciones Unidas.

Las frutas y verduras son buenas fuentes de fibra dietética, vitaminas y minerales, así como sustancias fitoquímicas beneficiosas. La FAO y la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan el consumo por cada adulto de al menos 400 gramos de frutas y hortalizas al día para prevenir enfermedades crónicas como el cáncer, la diabetes, las enfermedades cardíacas y la obesidad, así como para contrarrestar las carencias de micronutrientes.

Con la pandemia de la COVID-19, se ha puesto aún más de manifiesto la necesidad de transformar y reequilibrar la forma de producir y consumir los alimentos.

Leer más sobre el Año Internacional de las Frutas y Verduras https://bit.ly/3dhaWWT

Tomado de: FAO