Cierra el proyecto Prevención y Gestión del Riesgo y Resiliencia en la Chiquitanía

Noticias

Con un intercambio de experiencias entre comunidades, concluye en Concepción el proyecto Prevención y Gestión del Riesgo y Resiliencia en la Chiquitanía ejecutado por la FAO y financiado por la Cooperación Sueca en Bolivia, el proyecto se despidió también de San Rafael, San Antonio de Lomerío y Roboré.

El intercambio de experiencias se realizó en Limoncito y fue la oportunidad para que los promotores de esta comunidad compartan con todos los visitantes y autoridades los resultados de las capacitaciones en agricultura familiar comunitaria. Se hizo una gira por el huerto de Calixto Oly Ipamo dónde se pudo ver la diversidad de especies sembradas tanto de hortalizas como especies forestales y frutales. Allí el representante de gestión de riesgos de la comunidad Limoncito, Julio Chacón Peña, dijo que en esta zona les afecta la sequía y que la tierra es pobre en nutrientes, por lo tanto los promotores han aprovechado las capacitaciones de la FAO para aprender distintos tipos de abono y poder mostrar estos resultados.

Uno de los huertos que impactó a los promotores de las otras comunidades fue el de Micaela Añez. En un espacio muy bien diseñado y organizado mostró su producción de hortalizas y árboles frutales. “Además de la donación de semillas, insumos y capacitación, el técnico de la FAO ha hecho un seguimiento personalizado, gracias a su apoyo tenemos un huerto en la casa y también en el chaco. Si pierdo lo del chaco ahora tengo alimentos en mi casa y además saludables, sin químicos”, expresó doña Micaela a los visitantes. “Este huerto es una muestra de lo que podemos hacer todos, nuestra responsabilidad como promotores es compartir este conocimiento con toda la comunidad”, resaltó la comunaria de Limoncito.

La ronda concluyó en la casa de Ramón Chacón, OTB de la comunidad. Allí, además de conocer el huerto liderado por Polonia Oly, su esposa, don Ramón mostró su criadero de lombrices californianas, una opción más que el proyecto de la FAO facilitó a estas familias de las afueras de Concepción. Esta experiencia de lombricultura fue lo que más llamó la atención a los visitantes de Santa Elena, San Pablo Sur y a las autoridades municipales, ya que es una excelente opción de ingresos económicos. De estos criaderos se puede aprovechar tres productos: el humus, el abono líquido y las mismas lombrices, ya que al reproducirse también se pueden comercializar.

El director de desarrollo productivo del Gobierno Autónomo Municipal de Concepción GAMC, Fausto Pachurí dijo haberse quedado sorprendido por los resultados en esta comunidad. “Felicito a toda la gente que viene de las otras comunidades, agradezco a la FAO, a la CICC, a Limoncito. Como director de desarrollo productivo los vamos a apoyar, tienen abiertas las puertas de mi dirección, quiero ser un nexo con el alcalde y lograr que esta experiencia se replique a más familias”, dijo la autoridad municipal.

El jefe de la Unidad de Gestión de Riesgos del GAMC, Denize Cortéz manifestó estar seguro que esto se va a replicar una vez que todos conozcan estas experiencias, felicitó a los promotores y a la FAO por todo el trabajo realizado desde el 2021 en Concepción y los otros municipios. “Esto no se hizo en secreto, se hizo una gran consulta comunal y solo algunos nos animamos a participar del proyecto piloto. Cuando la gente vea los resultados seguramente querrán sumarse, esa es la idea”, enfatizó Ramón Chacón.

Al finalizar Billy Terrazas Cuadrado, director general del GAMC, en nombre del alcalde Mauricio Viera, hizo entrega de los incentivos donados por FAO, como premio a su trabajo.  Los promotores de Limoncito recibieron carretillas, fumigadoras para los abonos orgánicos líquidos y una variedad de herramientas. “Queremos potenciar a nuestras comunidades, nos gustaría seguir con la FAO y trabajar de manera coordinada, porque solo así se logran estos resultados”, expresó el representante municipal.

Porvenir ya tiene su cisterna cosechadora de agua de lluvia 

Al cierre del proyecto, también se hizo entrega de una de las siete cisternas cosechadoras de agua de lluvia que se construyeron en Concepción. Todos los visitantes y autoridades se trasladaron a la comunidad El Porvenir, allí las autoridades comunales agradecieron a la FAO, al gobierno municipal y a todos los que han intervenido para que este tanque se haga realidad en un tiempo record.  

Según Walter Carrillo, vicepresidente de la OTB, este tanque es una gran necesidad ya que esta comunidad es una de las que sufre la falta del líquido vital. “Queremos que sepan que carecemos de agua. Mientras una familia paga en Concepción 20 Bs por 12 mil cubos, nosotros pagamos 65 Bs, de una cantidad de agua que no consumimos porque no la tenemos disponible. Los 400 habitantes solo tenemos agua de cañería de 22:00 horas por la noche a las 8:00 de la mañana, el resto del día recurrimos a la bomba comunal. Por eso anhelábamos este tanque”, expresó Carrillo.

“Somos una comunidad productora de arroz, maíz y yuca solo para consumo de subsistencia, no tenemos atajado, para el riego dependemos de la lluvia y sufrimos en época seca”, dijo con pesar.

En el acto de entrega Fausto Pachurí, director de desarrollo productivo del GAMC, dijo sentirse contento porque el verdadero sentido de construir algo es hacerlo entre todos. “Este es un esfuerzo de la FAO, de la cooperación sueca, del municipio, la CICC y las comunidades. Cuesta hacer las cosas, pero cuando se unen fuerzas es más fácil lograr las cosas”.

Expresó que estas cisternas son un gran beneficio, el proceso de la construcción nos ha unido y nos ha permitido aprender, las comunidades tenemos el conocimiento para poder replicar. “Es importante entender que de nosotros mismos depende la seguridad alimentaria en nuestro municipio. Despedimos con satisfacción y tristeza el proyecto de la FAO pero tenemos la esperanzas de su retorno a la Chiquitania”, concluyó Pachurí.

Tomado de: FAO