Hortalizas que nacen de las cenizas

Experiencias

A las faldas del Volcán de Fuego en Guatemala habitan comunidades cuyo principal medio de vida es la agricultura y en 2018 una explosión volcánica cambió su forma de vida para siempre.

San Pedro Yepocapa, ubicado a 88 kilómetros de la Ciudad de Guatemala, yace justo a las faldas del volcán de Fuego, conocido por mantener explosiones constantes. Sin embargo, en junio del 2018 tuvo una erupción que afectó severamente las vidas y medios de producción de las familias agricultoras.

Irma Yolanda Chonay, de 35 años, fue una de las afectadas por la explosión y nunca imaginó que esto la llevaría a liderar a un grupo de mujeres para implementar un huerto comunitario. Antes de la explosión se dedicaba a labores domésticas, pero vio en la crisis una oportunidad para aprender en el Centro de Aprendizaje de Desarrollo Rural (CADER) local, donde recibió capacitaciones sobre agricultura, preparación de la tierra y técnicas de siembra y producción de hortalizas como tomate, chiles pimientos y jalapeños, acelgas, zuccinni, cebollas, rábanos, güicoyes, entre otras.

Sin embargo, las condiciones para la agricultura eran más que difíciles, específicamente porque cayó cerca de medio metro de ceniza sobre el suelo fértil y quemó cultivos completos. Adicionalmente, el volcán continúo activo las semanas siguientes y la preocupación por una segunda explosión era constante.

La respuesta del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación con el apoyo técnico y financiero de FAO en Guatemala, permitió realizar un diagnóstico preciso para identificar las áreas de necesidad inmediata en los municipios aledaños a la “zona cero” de la explosión. Esta intervención incluyó prácticas de semilleros y huertos familiares, cultivos en macrotúneles, implementación de biofábricas y lombricomposteras para abono, y microbeneficiado y tostadura de café. 

“Hemos aprendido mucho. Antes no sembrábamos nada, pero ahora podemos hacerlo; ya sabemos cómo", relata Irma Yolanda. Después de la tragedia, Irma Yolanda incursionó en la producción de huertos en macrotúneles para proteger los cultivos de las cenizas que diariamente lanza el volcán, así como sistemas de riego por goteo. Con esta producción agrícola logró incrementar la cantidad, diversidad y calidad de alimentos disponibles en los hogares. Al mismo tiempo, han evitado contagiarse de COVID-19 al reducir las visitas al mercado.

El huerto comunitario sustentó con alimentos sanos, nutritivos e inocuos a las familias de las mujeres que lo iniciaron en dos momentos críticos; el primero fue en los meses siguientes a la explosión en 2018; y el segundo, durante 2020, puesto que, en numerosos casos, los esposos perdieron sus empleos a causa de la pandemia.

Hoy en día, Irma es la promotora voluntaria del CADER donde se ha capacitado y formado a 27 mujeres mediante la metodología campesino-campesino para mejorar los sistemas productivos familiares. Como grupo han acordado distribuirse las hortalizas que cosechen de forma equitativa entre todas las participantes. “(En las primeras cosechas) cada una llevó a casa aproximadamente unas 30 libras de tomate, diez libras de chile jalapeño, cuatro libras de chile pimiento y 30 manojos de rábanos”, detalla Irma.

Irma Yolanda es una de las mujeres que conforman las más de 2,700 familias que practican agricultura comunitaria para incrementar la producción y diversificación de alimentos, y que les ha permitido sobreponerse a los duros golpes económicos y sociales que han representado la tragedia por la explosión del volcán y la pandemia por la COVID-19. "Con este proyecto nos ha cambiado la vida, porque ya con esto ayudamos a los esposos para que con algo que ellos ganan y con lo que sacamos aquí podamos invertir en otra cosa”, concluye Irma.  

Mira el video: 

En San Pedro Yepocapa se implementaron cuatro prácticas para restaurar los sistemas agroalimentarios de las familias afectadas por la explosión del volcán.

Tomado de: FAO