Joven agricultor paraguayo cree en un mejor futuro con el algodón

Experiencias

Desde las manos de un joven agricultor de 19 años, resurge una nueva generación de agricultores algodoneros en Paraguay. Elías Ivan Aquino ha decidido hace tres años empezar de manera independiente en el cultivo del algodón, tomando como inspiración, conocimientos e incentivo las lecciones aprendidas con sus padres, también algodoneros, cuando aún era niño. 

“Yo considero que el cultivo del algodón es muy importante para mí; es muy sostenible para mi familia. Sé que estoy contribuyendo al crecimiento de la economía de mi sociedad y de mi país con este cultivo”, afirma el joven agricultor que vive en el distrito de General Higinio Morínigo, en el departamento de Caazapá, cerca de 240 km de distancia de Asunción, una zona donde se concentra la agricultura familiar algodonera de Paraguay. 

Desde niño, el joven algodonero, que también estudia Ingeniería Agronómica, está involucrado en la cadena, viendo a sus padres en el campo cultivando algodón. “Esta práctica yo aprendí con mis padres, con mis vecinos que también son productores”. El hecho de que sus padres cultivaban algodón fue decisivo para que Elías decidiera seguir con el cultivo, ahora en su propia finca. “Es muy importante fomentar la tradición algodonera paraguaya”, comenta. 

Según Elías, el algodón ha generado una ganancia muy importante, que permite la sostenibilidad de su familia, incluso ayudando a financiar sus estudios en la universidad. En este último periodo agrícola (2021/22), cosechó una hectárea, con 2.000 kilos del algodón en rama. Para la próxima zafra (2022/2023), el joven agricultor va a sembrar tres hectáreas, con una expectativa de 6.000 kilos de algodón en rama, que deberán ser cosechados entre finales de febrero e inicio de marzo del 2023, según la fecha de siembra y el desarrollo del cultivo. Todo el algodón que produce tiene un destino. Lo comercializa por medio de acopiadores, que se encargan de comprar y llevar para las empresas desmotadoras. 

Los cultivos son financiados por medio de créditos de las cooperativas, y, además del algodón, Elías cuenta otros rubros tales como la horticultura y la piscicultura que son parte de su sistema agroalimentario y también le generan una fuente de ingreso. 

Nuevas tecnologías y nuevos conocimientos

El joven agricultor paraguayo afirma que el uso de innovaciones es muy importante para modernizar la producción del algodón. “Estoy convencido de que es fundamental la implementación de las nuevas tecnologías, como las maquinarias y los nuevos sistemas de producción para el cultivo y la cosecha”, afirma. 

Elías explica que ya utiliza nuevas tecnologías en su finca, incorporando un sistema de siembra directa y, además, con el uso de abonos verdes que proveen al suelo cobertura y, posteriormente, materia orgánica. Utiliza tecnologías de alta densidad, la siembra de precisión con sembradoras mecánicas y, también, usa las innovaciones para el manejo y control de las plagas. “He aprendido a través del trabajo en el algodón, muchas cosas”. 

Con apoyo del proyecto +Algodón, Elías amplió sus conocimientos, especialmente acerca de las innovaciones. Participó de la delegación del proyecto en el 13º Congreso Brasileño del Algodón, llevado a cabo en agosto, en Bahia/Brasil. Además, formó parte de la gira técnica en el municipio de Catuti, en Minas Gerais/Brasil, para un intercambio de experiencias con agricultores familiares algodoneros brasileños. 

El proyecto +Algodón es una iniciativa de cooperación Sur-Sur trilateral ejecutada conjuntamente por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Agencia Brasileña de Cooperación del Ministerio de Relaciones Exteriores (ABC/MRE) y los gobiernos de los países socios, entre ellos el Paraguay, en el ámbito del Programa de Cooperación Internacional Brasil-FAO. 

Blas Barrientos, del Ministerio de Agricultura y Ganadería de Paraguay (MAG), institución socia del proyecto +Algodón, explica que la sostenibilidad del rubro algodón está muy relacionada con el valor agregado que se pueda dar, lo que implica inversión en tecnología e innovaciones. Eso “significa separar la fibra de la semilla o grano, de tal manera a que se pueda comercializar con un precio diferenciado, vendiendo por separado fibra y grano”, comenta.

El técnico del MAG, destaca que para la implementación de la fase II del proyecto +Algodón Paraguay, está previsto instalar una pequeña o mediana desmotadora para la zona donde vive Elías y otros agricultores algodoneros, para que pueda ser utilizada y, así, impulsar con mayor fuerza el rubro y “animar para la siembra a una cantidad más grande de productores”, evalúa Blas.

La juventud rural paraguaya

Elías cree que es posible motivar a otros jóvenes para el cultivo del algodón “porque sé que cultivando algodón estoy creando una fuente de ingreso para mí y mi familia. Además, generando empleo para otras personas en el tema de cosecha y del manejo”, señala. 

Él sabe que, para muchos jóvenes, la ciudad puede significar mejores oportunidades. “Puede ser que haya también, pero yo he decidido a quedarme acá. El futuro está en el campo”. Para Elías, el rural tiene mucho potencial porque la economía de la sociedad de las ciudades “dependen generalmente del campo. Es movida por la producción agropecuaria”. 

Este fue el gran motivo que llevó el joven agricultor paraguayo a quedarse, a contribuir para el fortalecimiento de la cadena algodonera de su zona y a demostrar para otros jóvenes que hay oportunidades en el campo. 

Como mensaje a otros jóvenes rurales, Elías deja lo siguiente: “Involúcrense en la agricultura. Planten algodón para que vean las ganancias. La agricultura es muy rentable y seguirá siendo. En el campo hay  futuro”.

Foto: David Galeano

Tomado de: FAO