La desnutrición crónica se refiere al “retardo en el crecimiento según la estatura con respecto a la edad, se determina al comparar la estatura de la niña o niño con la esperada para su edad y sexo” (ENSMI, 2015: 291). Especialmente, se mide en la niñez menor de 5 años.
En Guatemala, el 46.5% de niños y niñas sufre de desnutrición crónica, siendo el país que ocupa el primer lugar del continente. El porcentaje es mayor en la población que se ubica en el quintil más bajo de riqueza 65.9%.
Se reconoce la multicausalidad del problema en un país como Guatemala. Es decir, está vinculado con el acceso a bienes que permitan un nivel de vida adecuado (especialmente el acceso a los alimentos) y con respecto a ello, ha habido retrocesos: los datos indican un aumento de la pobreza del 51.2% de 2006, a 59.3% en 2014 (ENCOVI, 2016).
También es un problema asociado a factores como el comportamiento humano y social, por ejemplo: la ausencia de percepción de riesgo, normas sociales, creencias, actitudes, conocimientos y prácticas. Y por otro lado, no se puede negar la influencia del medio ambiente, cuando éste carece de las condiciones básicas que permitan una vida saludable.
En este último aspecto, se establece la relación de causalidad entre la falta de acceso a agua segura y falta de saneamiento ambiental básico, con problemas de diarrea en niños y niñas, y con ello, el aumento de la desnutrición crónica infantil. Las fuentes de agua mejoradas (adecuadas para beber) llegan al 60.2% de la población (ENSMI, 2015).
Mientras que el resto, consume agua no mejorada proveniente de: pila pública, pozo, manantial no protegido, río, lago, etc. El 18% de la población reconoce consumir agua sin tratamiento. Por otro lado, en el quintil más bajo de riqueza, el 52% de familias de niños y niñas menores de 5 años, entierran las heces o le ponen en zanja o desagüe, 7% las tiran a la basura y un 16% las dejan al aire libre.
Se calcula que, una cuarta parte de todos los casos de desnutrición crónica se deben directamente a diarreas crónicas en los dos primeros años de vida (el 88% de los casos son provocados por servicios de agua y saneamiento deficientes).
Las acciones desde la Comunicación para el Desarrollo
UNICEF ha venido trabajando junto con el Gobierno de Guatemala en respaldar la promoción de cambios individuales y sociales que permitan la reducción de la desnutrición infantil. Para ello, junto con la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SESAN) y el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), en el marco de la Estrategia Nacional para la Prevención de la Desnutrición Crónica (ENPDC), se han fortalecido las Comisiones Municipales de Seguridad Alimentaria y Nutricional (COMUSAN) en Comunicación para el Desarrollo.
Esto se ha logrado con la formación del recurso humano institucional que está vinculado a la COMUSAN y al trabajo comunitario, en temas como: diagnóstico, planificación, construcción de herramientas, monitoreo y evaluación de procesos de comunicación. Este personal, que además pertenece a la COMUSAN, se ha conformado en un equipo intersectorial operativo conocido como “Subcomisión de Comunicación” (integrado por delegados municipales de diferentes ministerios, municipalidad, sociedad civil, etc.). Este equipo es el encargado de dirigir las acciones de comunicación con las comunidades.
La prioridad se ha enfocado en promover cambios de comportamiento a favor de las acciones básicas de la Ventana de los Mil Días (lactancia materna exclusiva, alimentación complementaria, control prenatal, atención en el parto, higiene básica, micronutrientes, etc.) con madres de niños y niñas menores de 2 años. La evidencia en experiencias concretas de aplicación (casos como Totonicapán y San Marcos) demuestra que se han logrado cambios positivos en la mejora de conocimientos y prácticas.
La incorporación del componente de agua y saneamiento ambiental
Sin embargo, y como se mencionaba antes, la desnutrición es un problema de múltiples causas. Una de ellas es la que se vincula con el agua y saneamiento ambiental. De tal manera que, en 40 subcomisiones de comunicación (40 municipios) se incorporó, desde 2014 y 2015, este componente para promover cambios en las comunidades, a través del uso de la herramienta del video comunitario.
Un punto de partida fue el desarrollo de la línea basal en una muestra de los municipios, con madres de niños y niñas menores de 5 años para identificar conocimientos y prácticas. Entre los hallazgos se pueden mencionar los siguientes:
1) AUTOGESTIÓN DEL AGUA SEGURA
• Sólo un 16.4% poseen buen conocimiento y buena práctica en el tema de “acceso a agua para consumo humano” y su relación con la desnutrición: Mientras que el 37% sí poseen agua segura, un 48.8% poseen buen conocimiento al respecto (saben que es importante para prevenir la desnutrición, identifican enfermedades que provoca el consumo de agua no segura, conocen las consecuencias de la diarrea).
• 14.6% tiene una buena percepción con respecto a la infraestructura básica del agua en su comunidad.
• Sólo un 5.2% utilizan un buen método para purificar el agua. Aunque el 100% conoce, al menos, un método.
• Respecto al uso del cloro en el agua de la comunidad, el 63.3% de ellas está de acuerdo con que se use en el sistema de agua de su localidad.
• Sólo el 2.8% poseen buen conocimiento con respecto a la conservación y protección de las fuentes de agua: Mientras que el 0.6% tienen conocimiento sobre la importancia de proteger las fuentes de agua, un 2.5% conoce sobre actividades que sirven para proteger las fuentes de agua.
• Un 6.8% poseen buen conocimiento sobre el manejo de la cuenca como fuente de agua para las comunidades.
• El 16.4% conocen la importancia de vigilar la calidad del agua que se usa en su comunidad, han participado o participan en actividades al respecto: Un 21.2% de ellas conocen qué actividades se deben realizar para ello y un 11.3% saben por qué es importante hacerlo.
2) SANEAMIENTO AMBIENTAL
• El 2.5% posee buen conocimiento y buena práctica en el tema de “drenajes y alcantarillado” y su relación con la desnutrición: Mientras que el 16.7% posee buen conocimiento (saben de la importancia de contar con un sistema de drenaje en las viviendas, 17.6%, y que esto ayuda a prevenir enfermedades, 60.5%), sólo el 13.1% poseen una buena práctica (cuentan con un sistema de captación de desagües, drenajes y alcantarillado municipales, 5.4%, su vivienda está conectada a un sistema de captación de desagües, 15.2%, sus viviendas cuentan con un sumidero, 18%).
• Aunque sólo el 0.1% posee buen conocimiento sobre la “disposición de excretas” y su relación con la desnutrición, el 26.1% sí posee una buena práctica en este tema porque: en su vivienda no se presentan excretas (46.2%) y un 41.7% poseen letrina y le da un buen uso. El 9.9% de ellas realizan defecación al aire libre y apenas un 0.2% conoce que la buena disposición de las excretas previene la desnutrición.
• Sólo un 0.03% posee buen conocimiento y buena práctica respecto a la “disposición de la basura”: Aunque el 35.8% poseen una buena práctica, sólo el 0.1% tienen buen conocimiento al respecto (saben que esta acción previene la diarrea, 4.9%, y que previene la desnutrición, 0.2%).
3) LAVADO DE MANOS
• Sólo el 0.6% poseen buen conocimiento y buena práctica sobre “lavado de manos” cuando se vincula con la prevención de la diarrea y la desnutrición: Sin embargo, el 60.6% sí poseen buena práctica al lavarse las manos con agua y jabón y el 53% buen conocimiento porque mencionan los momentos básicos para lavarse las manos.
• Con respecto a la higiene dentro y fuera de la vivienda, el 29.9% poseen buenas prácticas, sin embargo, cuando se trata de relacionar el conocimiento con la prevención de la diarrea y la desnutrición, sólo el 0.3% tienen buen conocimiento.
4) ORGANIZACIÓN COMUNITARIA EN AGUA Y SANEAMIENTO AMBIENTAL
• 14.7% afirman que hay un grupo organizado en su comunidad para gestionar proyectos de agua.
Frente a los datos, el reto principal es ¿cómo vincular el trabajo de prevención de la desnutrición crónica infantil con la problemática del agua y saneamiento ambiental en las comunidades? ¿Cómo lograr cambios en estos temas, pues pasan también por un ámbito comunitario y no solamente individual?
La estrategia del video comunitario
El objetivo del proyecto se planteó como: “fortalecer, desde la educación comunitaria planificada e intersectorial, a las familias en la autogestión del agua segura, el saneamiento ambiental, la vigilancia de la calidad del agua, la higiene, la disposición de excretas y el manejo de la basura, con el fin de contribuir a erradicar la desnutrición en el municipio. Todo ello, en el marco de trabajo de la COMUSAN y su subcomisión de comunicación”. La cobertura se enfocó en 25 municipios (15 de ellos iniciaron en 2014 y 10 en 2015), cubriendo los departamentos de: Quetzaltenango, Totonicapán, Suchitepéquez, Quiché, Sololá, Jalapa y San Marcos.
La propuesta es que la cámara de video se convirtiera en una herramienta que la comunidad pudiera utilizar para visibilizar los problemas de agua y saneamiento ambiental desde su propia óptica. Se parte de la oportunidad que ofrece este medio para enfocar la atención de las personas (a través del encuadre) en situaciones de su vida cotidiana que, de otra manera, pasarían desapercibidas.
De esta manera, en una primera etapa, las subcomisiones de comunicación fueron capacitadas en el cambio de enfoque de abordaje de la problemática (cambiar del análisis desde la institución al análisis de y desde la comunidad). Para luego aprender a utilizar la cámara de video digital (UNICEF hizo entrega de una a cada subcomisión, junto con una tarjeta de memoria y un disco duro externo, además, se elaboró un manual de uso). La capacitación estuvo a cargo de consultores contratados para acompañar el proceso en coordinación con el Departamento de Promoción y Educación de la Salud (PROEDUSA) del MSPAS. Se dio un tiempo, para que las subcomisiones regresaran a sus municipios y, en equipo intersectorial dentro de la COMUSAN, crearan un video de alguna problemática de agua y saneamiento en su territorio. Una vez grabaron las tomas de video, se tuvo un nuevo taller para aprender a editar con software gratuito disponible en Internet. Como resultado de esta capacitación, se contó con un video producido por cada subcomisión de comunicación. Cada video fue presentado y discutido en el seno de la reunión de la COMUSAN. Se obtuvo resultados interesantes: en primer lugar, compartir la nueva metodología que se estaría implementando; luego, identificar problemas de agua y saneamiento, generar diálogo y debate entre las instituciones (incluida la municipalidad que es el ente responsable en el territorio) sobre acciones que se deberían de implementar para darles solución y llegar a acuerdos. Además, sirvió para posicionar el tema de agua y saneamiento como un factor a trabajar en la prevención de la desnutrición infantil.
Una siguiente etapa consistió en compartir los hallazgos de la línea basal de conocimientos y prácticas con los integrantes de las subcomisiones de comunicación, analizarlos y establecer su utilidad en el trabajo por la promoción de cambios a través del video comunitario. Esto se hizo por medio de un taller.
Luego, cada subcomisión de comunicación, en el seno de la COMUSAN, priorizó 5 comunidades en las cuales se podría formar equipos llamados “Redes locales de comunicación”, a quienes les enseñarían a utilizar la cámara de video y les acompañarían en su proceso de identificación y registro videográfico de la problemática, análisis del video en asamblea comunitaria, búsqueda de opciones de solución y gestión de las mismas (a través de la generación de proyectos o acciones comunitarias). En algunos casos, estas redes locales fueron las mismas Comisiones Comunitarias de Seguridad Alimentaria y Nutricional (COCOSANes), los Consejos Comunitarios de Desarrollo (COCODES) o bien, se conformaron equipos nuevos, generalmente integrados por mujeres.
La subcomisión de comunicación le enseñó a usar la cámara de video a los integrantes de las redes locales del municipio. Así, cada red local se reunió con la subcomisión e identificaron los principales problemas relacionados con agua y saneamiento en su localidad y que tenían vinculación con la desnutrición infantil. Una vez logrado esto, tomaron la cámara de video y fueron a documentar el problema ellos mismos.
El video, en algunos casos fue editado con apoyo de la subcomisión de comunicación y en otros, no fue necesario. La red local, junto con autoridades comunitarias, convocaron a una asamblea y presentaron el video. Luego de la presentación, se inició un diálogo sobre lo que las personas habían observado en las imágenes, estableciendo con mayor claridad el problema que les afecta. De esta manera, se analizaron las causas y se establecieron posibles opciones de solución, poniendo énfasis en aquellas que podrían hacerse desde la misma comunidad y luego, aquellas que necesitan de la gestión de un proyecto específico, para lo cual necesitarían el acompañamiento de la subcomisión de comunicación.
Respecto a las acciones desde la comunidad, ésta ha llegado a acuerdos como:
• Revisión de pozos y limpieza con apoyo de inspector de Saneamiento Ambiental. Realizar filtros para las graseras. Contactar a empresa para conversar sobre bombas de cloro.
• Mejorar infraestructura del pozo con apoyo de inspector de Saneamiento Ambiental, reforzar métodos de purificación en los hogares, preparar un proyecto de letrinas con el COCODE.
• Establecer un comité de cloro para recogerlo en el centro de salud y dar saneamiento y protección a fuentes de agua.
• Poner un clorificador en el tanque de distribución.
• Día de limpieza en toda la comunidad, reglamento para no tirar basura, reciclar basura, reunión con autoridades de escuela para evitar basurero que se está creando.
• Reunión comunitaria para averiguar quiénes necesitan letrina para preparar proyecto, con la condición que aporten mano de obra y cemento.
• Visita para inspección a terreno comunitario, revisión de fosas de aguas negras.
• Capacitarse para un buen manejo del proyecto y fortalecer métodos de purificación del agua.
En los videos hasta agosto 2017, el mayor porcentaje se enfocaron en “manejo de la basura” (32.91%) y en segundo lugar, “contaminación del agua” (27.85%).
Para que las subcomisiones de comunicación junto con sus redes locales puedan realizar esta tarea, UNICEF apoya con dos consultores de campo (asesores de comunicación) que se ubican en PROEDUSA del MSPAS. Este departamento ha tomado un papel activo en la apropiación de la estrategia dando seguimiento al proceso a través de su personal institucional de nivel central, departamental y municipal. Lo cual puede confirmarse que se trata de una acción inserta dentro de la Estrategia Nacional y dentro de la institucionalidad del mismo Estado.
Otro aspecto importante ha sido la participación activa de los delegados municipales de la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SESAN) como integrantes de las subcomisiones de comunicación, dado que esta institución gubernamental es quien lidera la implementación de la Estrategia Nacional para la Prevención de la Desnutrición Crónica (ENPDC). Incluso, para el mes de septiembre de 2017, se empezó a implementar el video comunitario en agua y saneamiento como parte de la puesta en marcha de la Estrategia en 11 municipios de Huehuetenango con los cuales se inició la ENPDC.
En el tema de monitoreo de la estrategia, se ha trabajado con el MSPAS para que el personal de PROEDUSA dé seguimiento a los procesos en las subcomisiones, con lo cual se ha logrado resolver algunos problemas o mejorar las acciones. Sin embargo, interesa también el monitoreo de los resultados, dado que este proyecto se enfoca en promover cambios de comportamiento en las comunidades, especialmente en las madres de niños y niñas menores de 5 años, para prevenir la desnutrición crónica. Es por ello, que se cuenta con un sistema de monitoreo comunitario de conocimientos y prácticas respecto a aspectos básicos de agua y saneamiento (autogestión del agua segura, saneamiento ambiental, disposición de la basura, higiene básica, etc.). Este sistema sencillo podrá ser utilizado por las subcomisiones y las redes locales de comunicación y permitirá que establezcan si en la comunidad se manejan buen conocimiento y buenas prácticas respecto al agua y saneamiento ambiental. La información ayudará a establecer, con base en evidencia, si el video comunitario está generando los cambios esperados. Y a la misma comunidad, que es quien lo usa, le servirá para establecer sus prioridades de acción.
Perspectivas
Luego de, aproximadamente dos años de implementación de la estrategia y de verificar los aportes con base en la evidencia, se está trabajando en su incorporación como parte de las acciones institucionales para la prevención de la desnutrición infantil en Guatemala. Para ello, se están estableciendo los pasos metodológicos que permiten facilitar su uso en otros municipios y lograr el respaldo de otras instituciones además del MSPAS y la SESAN. Esta estrategia está fuertemente vinculada con el enfoque que prioriza la gobernanza y la participación comunitaria en el abordaje de la desnutrición infantil.
Para conocer su canal de YouTube da clic aquí.
Responsable del proyecto: Eduardo Gularte (egularte@unicef.org)