FAO y España apoyan la sostenibilidad y resiliencia climática de los sistemas agroalimentarios en Centroamérica

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En los últimos veinte años, los desastres vinculados con amenazas naturales han aumentado y, con ellos, ha incrementado considerablemente, tanto el número de personas afectadas como las pérdidas económicas asociadas.

“El Corredor Seco Centroamericano (CSC) es una de las ecorregiones del mundo más vulnerables a las amenazas relacionadas con el clima. El 58% de esta zona se clasifica como un área con efectos de sequía altos o severos”, sostuvo el Coordinador subregional de la FAO, Adoniram Sanches Peraci.

“Los niveles de pobreza y la desnutrición en el área son alarmantes y afectan principalmente a las poblaciones rurales y a las comunidades indígenas. Desde FAO advertimos que en 2020, la inseguridad alimentaria aguda aumentó significativamente en El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras y Nicaragua, con 11,8 millones de personas en estado de crisis o peor”, concluyó Sanches.

Desde 2019, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), implementa el proyecto Buenas Prácticas Agrícolas y Evaluación de Daños y Pérdidas para la Gestión Integral del Riesgo de Desastres y la Agricultura Sostenible Adaptada al Clima.

“Buscamos mejorar la capacidad institucional de los países del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), particularmente en el Corredor Seco Centroamericano y zonas áridas de República Dominicana”, indicó Dina López, Oficial de programas de Cooperación Sur-Sur de la FAO.

“Lo que hacemos es poner a disposición innovadoras metodologías para una mejor gestión del conocimiento de las instituciones en cuanto a la planificación, las inversiones responsables y los programas para una agricultura nacional y subregional sostenible, saludable inclusiva”, concluyó López

Se trata de una iniciativa apoyada por el Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo Humano (itdUPM) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), las Secretarías del Consejo Agropecuario Centroamericano (CAC) y el Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres en América Central y República Dominicana (CEPREDENAC).

Ana Regina Segura, representante de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) comentó que este proyecto “ha representado una buena oportunidad de coordinación entre las diversas instancias, contribuyendo a fortalecer, de una manera sostenible, los sistemas productivos de los países del SICA. Todo esto, desde un importante enfoque de género y una especial atención a los sectores más vulnerables”.

Según el reciente Informe Global sobre Crisis Alimentarias de la FAO, fueron precisamente los graves fenómenos meteorológicos de finales de 2020 los que afectaron a más de 8 millones de personas en toda América Central, impactando en zonas con inseguridad alimentaria que ya habían experimentado varios años de sequía, así como la reducción de los ingresos debido a las restricciones del COVID-19.

Entre el 2006 y 2016, el sector de la agricultura en los países en desarrollo había absorbido aproximadamente el 23% de los daños y las pérdidas causados por los desastres inducidos por amenazas naturales.

Tomado de: FAO