El 36º período de sesiones del Comité de Pesca (COFI36) de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), realizado en la sede en Roma del 8 al 12 de julio, ha adoptado las Directrices para la acuicultura sostenible.
El Comité de Pesca es la mayor reunión mundial de responsables de políticas, expertos y socios del sector de la pesca y la acuicultura. Se trata del único foro intergubernamental mundial en el que los Miembros de la FAO se reúnen para examinar y considerar los temas y desafíos relacionados con la pesca y la acuicultura y constituye un órgano singular al proporcionar periódicamente recomendaciones y asesoramiento en materia de políticas a nivel mundial a los gobiernos, los órganos regionales de pesca, las organizaciones de la sociedad civil y los agentes del sector privado y la comunidad internacional.
Las Directrices son un conjunto de principios y prácticas compartidas y acordadas que todos los países pueden utilizar para transformar sus actividades acuícolas, presentando un marco integral y adaptable diseñado para abordar los desafíos planteados por el rápido crecimiento del sector acuícola y apoyar su expansión e intensificación sostenibles.
La acuicultura es uno de los sectores alimentarios de más rápido crecimiento y sigue siendo esencial en un mundo donde 735 millones de personas se acuestan con hambre todos los días y más de tres mil millones de personas no pueden permitirse una dieta saludable.
Según la última edición del informe El estado mundial de la pesca y la acuicultura (SOFIA, por sus siglas en inglés), el 2022 y por primera vez, la acuicultura superó a la pesca de captura como principal productora de animales acuáticos. América Latina y el Caribe registraron 4,3 millones de toneladas de producción acuícola, lo que se traduce en alrededor de 3,3% del total mundial.
Esto convierte a la región en la segunda mayor productora de acuicultura, por detrás de Asia (91,4 % del total mundial). Chile y Ecuador representan el 53 % de la producción acuícola total de animales acuáticos de América Latina y el Caribe, y ambos se encuentran entre los diez primeros países del mundo.
“La adopción de estas directrices es esencial para asegurar un desarrollo sostenible que beneficie tanto a las generaciones presentes como futuras”, explicó José Aguilar-Manjarrez, Oficial de Acuicultura de la FAO.
Las Directrices son parte del trabajo programático de la FAO en la implementación de la hoja de ruta de la Transformación Azul.
"Las Directrices se redactaron mediante un proceso de consulta inclusivo a petición de los Miembros de la FAO, que querían un entendimiento compartido y una dirección clara para desarrollar la acuicultura sostenible en sus países, de conformidad con el artículo 9 del Código de Conducta para la Pesca Responsable y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible", afirma Matthias Halwart, Oficial Superior de Acuicultura de la FAO.
"En la práctica, esto podría significar promulgar nuevas legislaciones para promover la acuicultura restaurativa en un hábitat degradado, ofrecer incentivos para que la industria descarbonice su ciclo de producción, o lanzar un programa gubernamental para conectar a las mujeres y jóvenes rurales con granjas acuícolas” explica KwangSuk Oh, Oficial Superior de Pesca de la FAO.
"Esto incluye semillas y alimentos, adaptación al cambio climático, interacciones con la biodiversidad acuática y gestión de residuos, con granjas acuícolas diseñadas en torno al concepto de circularidad", explica el Oficial Superior de Pesca de la FAO, Graham Mair.