¿Pueden las cooperativas y otras organizaciones de productores (OP) combinar un buen desempeño con la inclusión de los productores pobres? Según un estudio realizado por el Departamento de Economía de la Universidad Roma Tre y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la respuesta es afirmativa.
El estudio investigativo, que abarcó a nueve organizaciones de productores en diversas regiones, revela que las estrategias diseñadas para promover la inclusión no solo han ampliado las oportunidades sociales, sino que también han fortalecido significativamente el desarrollo de una red de miembros informados, motivados, capacitados y activos. Estos hallazgos sugieren que la inclusión no solo es posible, sino que también es fundamental para mejorar la viabilidad financiera y la eficacia de las OP en la prestación de servicios.
Durante la pandemia de COVID-19, las organizaciones de productores inclusivas demostraron una notable resiliencia gracias a la adopción de prácticas agrícolas sostenibles, la digitalización de sus operaciones, la diversificación de inversiones y la colaboración intercooperativa. Estas medidas no solo protegieron a sus miembros del impacto económico adverso, sino que también fortalecieron su capacidad para proporcionar seguridad social en momentos de crisis.
El Dr. Giovanni Rossi, líder del estudio en la Universidad Roma Tre, comentó: "Nuestros hallazgos subrayan la importancia de integrar a los productores pobres y vulnerables en las OP. Esto no solo beneficia directamente a los miembros, sino que también mejora la capacidad de las organizaciones para enfrentar desafíos globales como la pandemia de COVID-19".
Los resultados completos del estudio están disponibles en el siguiente enlace: https://n9.cl/nawxeg