Nelly Monar creció en una familia de ganaderos en Tena, provincia de Napo, región amazónica de Ecuador y estudió administración de empresas. Decidió dedicarse a la producción de barras de chocolate y su determinación, preparación y compromiso la llevaron a convertirse en la representante legal de la Asociación de Productores de cacao fino de aroma de Carlos Julio Arosemena Tola o más conocida como Asociación Tsatsayaku.
Su conocimiento del proceso de producción de chocolate va más allá de la gestión empresarial. En Tsatsayaku, Nelly aprendió desde el manejo del cultivo de cacao bajo el sistema agroforestal ancestral de la “chakra amazónica” hasta el trabajo diario de los técnicos encargados de garantizar tanto la calidad del grano como la de los productos de pasta de cacao, manteca de cacao, nibs de cacao, barras de chocolate y bombones artesanales.
La Asociación Tsatsayaku representa a cinco agrupaciones de productores cacao, wayusa, vainilla, plátano, sacha inchi y otros productos frescos de las provincias Napo y Orellana. Promueve la conservación del sistema ancestral “chakra amazónica”, así como el uso sostenible de los recursos naturales. En ella participan 2 400 familias, de las cuales, más de la mitad son mujeres y un cuarto son jóvenes.
Nelly cree que uno de los grandes desafíos en la organización es que más jóvenes se involucren. La migración, la minería ilegal y la deforestación, son problemas del día a día. Sin embargo, ella cree que hay oportunidades en la ruralidad y trabaja para que su organización se convierta en ese espacio de oportunidades que tantos jóvenes amazónicos anhelan.
Ella ha sido testigo de cómo muchas veces las personas provenientes de pueblos indígenas tienen más barreras que superar, y desde Tsatsayaku trabajan bajo un enfoque de interculturalidad. Nelly apuesta por su cantón, y cree que la cooperación y la comunicación entre el gobierno y las instituciones internacionales debe fortalecerse.
La chakra amazónica fue reconocida por la FAO como SIPAM en 2023 por ser un modelo único en el que las familias gestionan los espacios productivos de manera sostenible desde una perspectiva orgánica y biodiversa, ofreciendo múltiples servicios a las poblaciones. Aquí, las comunidades kichwa y kijus han desarrollado un sistema de policultivo que incluye cacao junto con especies madereras, frutales, medicinales, artesanales, comestibles y ornamentales, así como otras actividades que incluyen la caza y productos forestales.
El rol de la mujer dentro de la chakra amazónica es clave: cuida de las plantas y se preocupa de su producción. Obtener el reconocimiento como SIPAM fue un orgullo sobre todo para ellas porque les permitió dar a conocer al mundo la cosmovisión kichwa y la cultura del cuidado que mantienen los pueblos indígenas para la reproducción de la vida en las chakras amazónicas y los bosques.
Nelly Monar es una mujer que ha desafiado estereotipos y ha apostado por su gente. Su historia de vida es inspiradora: de amor por su tierra y su cultura, y de la convicción de que, a través del trabajo colectivo, la educación y el empoderamiento, es posible transformar el destino de una comunidad y ofrecer nuevas oportunidades a las futuras generaciones.
Contacto para medios:
Paula Lanata Cedeño
paula.lanatacedeno@fao.org
Enlaces de interés:
Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM)
SIPAM en América Latina y el Caribe