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Campesinado impulsa transición agroecológica con identidad y biodiversidad: avances del Programa TAS fortalecen la agricultura sostenible desde los territorios

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En el corazón de nuestra tierra campesina, donde germinan los sueños y la vida se cosecha con trabajo, avanza con firmeza una transformación profunda y necesaria: la transición hacia sistemas agroalimentarios sostenibles que cuidan la naturaleza, aseguran alimentos sanos y reconocen a las familias agricultoras como verdaderas protagonistas del cambio climático.

Así lo confirma el reciente desarrollo de una jornada formativa del Programa Nacional de Transición a la Agricultura Sostenible (TAS), iniciativa de INDAP en alianza con el INIA, que reunió en marzo pasado a agricultores y agricultoras del sector El Garretón, en la comuna de Nogales, Región de Valparaíso en Chile, para fortalecer prácticas centradas en la biodiversidad, el monitoreo de insectos benéficos y el uso estratégico de bandas florales. Con la participación activa de productoras como Rosa Díaz, esta instancia permitió reforzar un aprendizaje colectivo que apuesta por el retorno al equilibrio natural de los ecosistemas productivos, reconociendo el rol vital de los polinizadores, enemigos naturales de plagas y especies vegetales adaptadas al territorio. No se trató solo de una capacitación técnica, sino de un espacio de articulación entre saberes tradicionales y conocimiento científico, donde se valoró la capacidad de los agricultores familiares para liderar una transición justa, resiliente y con identidad local.

El TAS no solo entrega asesoría y apoyo económico, sino que fortalece la dignidad campesina al impulsar decisiones desde los propios territorios, favoreciendo la adaptación al cambio climático mediante manejos que imitan los ciclos de la naturaleza, disminuyen el uso de agroquímicos y promueven la soberanía alimentaria. Así, desde cada predio agroecológico que incorpora bandas florales, monitorea insectos o selecciona especies vegetales estratégicas, se construye también una sociedad más justa, donde el alimento sano nace del campo y vuelve a él en reconocimiento.

Esta política pública, que se implementa en todas las regiones del país, responde a una demanda histórica del movimiento campesino: que se escuche la voz de quienes producen desde el respeto al suelo, el agua y la vida, y que han comprendido que conservar la naturaleza no es un lujo, sino la base de cualquier futuro posible.

Desde las organizaciones campesinas, valoramos que este tipo de programas considere activamente a la orgánica civil como agente transformador, que, desde la práctica agroecológica concreta, fortalece la justicia social y la sustentabilidad. Porque no hay transición justa sin campesinado vivo, informado y protagonista, el TAS representa una oportunidad real para avanzar hacia un nuevo modelo agrícola donde producir sin destruir sea no solo posible, sino urgente y necesario.
 

Fuente
COPROFAM