
Belén Aguirre es una pequeña productora mixta, dirigente de FAA en San Carlos Minas, una localidad del noroeste cordobés. En el emprendimiento familiar, realizan ganadería, apicultura, tienen gallinas ponedoras y cuentan con una huerta. En todos ellos, trabajan en conjunto cuidando el suelo, el ambiente y el bienestar de sus animales, buscando siempre mantenerse y prosperar en la actividad.
“Yo me crié en el campo, entre medio de las de las cabras, de las vascas, de las gallinas. Vengo de una familia que ha producido en el campo, y hoy trabajo con mi papá lo que es la ganadería, donde lo ayudo. Sin embargo, mi proyecto personal son las gallinas ponedoras, estoy trabajando en eso hace un año, va a ser un año, y sigo aprendiendo. Me va bien, tengo 100 gallinas, tengo una venta de 3 maples de huevos por día. También trabajo en la huerta, porque siempre hago capacitaciones sobre el tema. Y lo usamos para consumo nuestro y hago plantines”, señaló al comenzar la entrevista.
También comentó Belén que en su familia siempre se hizo actividad mixta, que hubo huerta, siembra de maíz, de zapallo, ganadería bovina, caprina, gallinas y otras actividades. Actualmente, señaló que se interesó en la apicultura, por lo que está dando sus primeros pasos en esta producción, que comenzó el año pasado.
“Me encanta el campo, me gusta lo que hago, ahora estoy en la Federación Agraria y también me ayuda mucho porque me gusta justamente conversar, estar con la gente y aprendí un montón de cosas. Y me interesa porque uno va creciendo no solo en lo personal sino también todo lo que tiene que ver con la producción”, agregó.
Belén contó que en el año 2023, en su zona hubo una sequía muy fuerte, que les hizo reconsiderar el modo y tipo de producción, por lo que desde ese episodio, hayan ido seleccionando qué producir, de acuerdo a la rentabilidad que dan las distintas alternativas. “Por eso hoy mi papá únicamente se dedica a la ganadería por ejemplo, que todo lo que es vaca y solo eso y sostenemos la huerta familiar, que la tuvimos siempre”, añadió.
En cuanto al cuidado del ambiente, en el establecimiento buscan que todo sea orgánico, por lo que no utilizan químicos y llevan adelante procesos que preservan los recursos naturales. “El año pasado se nos quemó el campo y lo que hicimos fue reforestar, para tratar de ayudar desde nuestro lugar. Luego tuvimos buena lluvia, entonces el campo fue mejorando. Incluso ahora que nos queremos dedicar a apicultura también es importante, porque al no usar nada químico en esta zona, vamos a generar miel orgánica, es decir con valor agregado. También reciclamos mucho; tanto el abono de caballo, la yerba, las cáscaras los usamos para hacer compost que después empleamos para nuestra huerta o para un sector que nos haga falta del campo”, concluyó la productora.
Belén y su familia, con su emprendimiento en Córdoba, son un ejemplo del modo en el que los pequeños y medianos productores generan y sostienen sistemas agroalimentarios sostenibles, cuidando el medio ambiente y pensando en el futuro.