Resumen:
En los últimos años, varios factores importantes han desviado al mundo de acabar con el hambre y la malnutrición en el mundo en todas sus formas para 2030. Los desafíos han crecido con la pandemia de COVID-19 y las medidas de contención relacionadas. Este informe presenta la primera evaluación global de la inseguridad alimentaria y la desnutrición para 2020 y ofrece algunos indicios de cómo podría verse el hambre para 2030 en un escenario aún más complicado por los efectos duraderos de la pandemia de COVID-19. También incluye nuevas estimaciones del costo y la asequibilidad de las dietas saludables, que proporcionan un vínculo importante entre los indicadores de seguridad alimentaria y nutrición y el análisis de sus tendencias. En conjunto, el informe destaca la necesidad de una reflexión más profunda sobre cómo abordar mejor la situación mundial de la seguridad alimentaria y la nutrición.
Para comprender cómo el hambre y la desnutrición han alcanzado estos niveles críticos, este informe se basa en los análisis de las últimas cuatro ediciones, que han producido un vasto cuerpo de conocimiento basado en evidencia sobre los principales impulsores de los cambios recientes en la seguridad alimentaria y la nutrición. Estos factores, que están aumentando en frecuencia e intensidad, incluyen conflictos, variabilidad climática y extremos, y desaceleraciones y recesiones económicas, todas exacerbadas por las causas subyacentes de la pobreza y niveles muy altos y persistentes de desigualdad. Además, millones de personas en todo el mundo sufren de inseguridad alimentaria y diferentes formas de desnutrición porque no pueden pagar el costo de una dieta saludable. A partir de una comprensión sintetizada de este conocimiento. A su vez, la evidencia informa una mirada en profundidad sobre cómo pasar de las soluciones de silos a las soluciones integradas de sistemas alimentarios. En este sentido, el informe propone vías transformadoras que abordan específicamente los desafíos planteados por los principales impulsores, destacando también los tipos de carteras de políticas e inversiones necesarias para transformar los sistemas alimentarios para la seguridad alimentaria, una mejor nutrición y dietas saludables asequibles para todos. El informe observa que, si bien la pandemia ha provocado importantes reveses, hay mucho que aprender de las vulnerabilidades y desigualdades que ha dejado al descubierto. Si se toman en serio, estos nuevos conocimientos y sabiduría pueden ayudar a que el mundo vuelva a encaminarse hacia el objetivo de acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus formas.
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