“Don Óscar, buenas tardes. Vimos su producto en internet y estamos interesados en comprarle”. Así fue la primera llamada que recibió Óscar Garzón, un cultivador de hortalizas y tubérculos, de un cliente que vio sus productos en la página Comproagro.
Hace 2 años, Óscar se registró en esta plataforma que vio en una noticia en la televisión y hasta ahora ha sido contactado por lo menos en 13 ocasiones para comercializar sus productos.
“Desde que publiqué mis lechugas crespas en internet me han llamado muchas veces y siempre he logrado hacer negocios. Hace poco recibí llamadas por mis papas nativas y estoy muy feliz porque el poder negociar directamente con el cliente permite que tenga las ganancias adecuadas”, explica el agricultor.
La felicidad de este agricultor es obvia, ya que obtiene el doble de ganancias al vender sin intermediarios.
Comproagro es una plataforma en internet en la que los campesinos se registran y crean una publicidad de su producto con una foto del cultivo y una forma de contactarlos. Posteriormente, reciben llamadas de los consumidores interesados para negociar un precio y acuerdan una forma de pago para hacer llegar el producto.
Comproagro fue creado en el 2015 por Ginna Jiménez, que en ese entonces solo tenía 15 años. Ella, campesina como toda su familia, se inspiró cuando unos funcionarios del Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones llegaron a su colegio para apoyar proyectos de negocio a través de herramientas digitales.
Alrededor de 30 madres solteras trabajan con Ginna pelando cebollas, las cuales venden a diario a los contactos realizados a través de Comproagro.
Ginna regresó a su finca en el municipio de Toca, en el departamento colombiano de Boyacá, donde aún cultiva y pela cebolla cabezona, y les comentó a su hermano y su mamá su plan. “Hagamos una aplicación en la que todos los campesinos del país puedan vender sin los intermediarios y que por fin vean las ganancias de sus esfuerzos”, les dijo.
El problema con los intermediarios en el campo colombiano, como explican los mismos agricultores, es que quieren comprar los productos a un precio muy bajo y luego lo revenden a un precio mucho mayor.
“Un intermediario viene y nos ofrecen por un aguacate 500 pesos (15 centavos de dólar). Al no tener más opción, les vendemos el producto. Luego, él va a su plaza o su negocio y lo vende en 2.000 mil pesos (71 centavos de dólar), es decir que ganó el triple que nosotros, y eso que nosotros nos partimos la espalda cultivando ese aguacate”, explica Jhonatan Lozano, productor de moras en el departamento de Putumayo, en el sur de Colombia.
Jhonatan es otro agricultor feliz con la aplicación. Ha recibido unas 10 llamadas en las que además de vender con casi el doble de ganancia, vende todos sus productos de una sola vez.
“No hay nada mejor para un campesino que cosechó por meses que vender toda la cosecha y encima a un precio justo”, cuenta Jhonatan.
Comproagro no genera ninguna ganancia para su creadora. “La idea desde un principio ha sido que todo sea gratis, no es justo que el campesino pague por esto teniendo ya que pagar altos precios por los insumos para su producción”, explica Ginna.
Ginna le paga todos los jueves a sus trabajadoras, las cuales la definen como una mujer de admirar.
Cuando en el 2016 Comproagro fue reconocida como iniciativa social de paz, en la categoría de emprendimiento y generación de empleo por la Federación Nacional de Personerías (Fenalper), tenía alrededor de 150 campesinos registrados en su plataforma. Actualmente tiene más de 26 mil usuarios en 29 departamentos del país.
“Nuestra forma de promocionar la aplicación fue inicialmente por el ‘boca a boca’. Mi mamá, mi hermano y yo trabajamos muy duro desde el principio para montar la plataforma y logramos que algunos medios de comunicación hablaran de nosotros, así se fueron uniendo más y más campesinos”, explica Ginna.
Alexánder Martínez es un caso distinto. Él es apicultor y en 3 años de haber registrado sus productos de miel y propóleo en Comproagro ha recibido algunas llamadas.
“Me han llamado algunas veces y siempre vendo el producto a un precio menor del que lo vendo a los otros clientes. Sin embargo, esto no es malo porque a mis clientes normales les vendo algunos frascos, pero cuando me llaman -gracias a Comproagro- logro vender toda mi producción de una sola vez, eso me genera mucha ganancia y muy rápida”, dice.
De 8 de la mañana a 5 de la tarde cada mujer pela hasta 600 cebollas cada día, con este esfuerzo logran cumplir la meta de 2 toneladas.
Sin embargo, Comproagro no es perfecta y necesita adaptarse a nuevas necesidades.“La plataforma tiene el problema de que uno no puedo informar de cuándo hay o no fecha de la cosecha”, explican José Martínez y Carlos Muñoz. Ambos agricultores han sido contactados varias veces, pero no han podido vender porque siempre los llaman cuando el producto aún no es apto para ser recolectado o ya les queda muy poco. “Me gustaría que se pudiera poner el estado del cultivo en tiempo real para que el consumidor sepa cuándo estará listo”, dice José Martínez, cultivador de maíz.
Son buenas propuestas para mejorar la aplicación y Ginna ya las tiene detectada.“Estamos trabajando con un ingeniero de sistemas que se unió al equipo para mejorar la plataforma, el problema es que no tenemos muchos recursos para hacer las mejoras que quisiéramos. La idea es añadir un chat para que los campesinos actualicen constantemente a sus clientes sobre el estado del producto”, explica Ginna, que ya tiene 20 años.
El sueño de esta emprendedora de Boyacá es que su plataforma se convierta en el ‘Mercado Libre’ de los campesinos y que siempre sea gratis, aunque ella no saque ganancias. Pero, ¿cómo se mantienen Ginna y su familia? Sencillo, ellos también venden sus productos a través de Comproagro. Nunca han dejado de ser campesinos y no dejarán de serlo porque aman el campo y lo único que quieren es dignificarlo, que el campesino deje de sufrir al cultivar.
Actualmente, Ginna estudia, becada, administración de negocios internacionales en la Universidad de Boyacá. Está en sexto semestre y tiene claras sus metas con Comproagro. “Quiero que la plataforma sea internacional, que nuestros campesinos puedan exportar sus productos y que los campesinos de otros países también puedan usar nuestra aplicación”, cuenta Ginna con una sonrisa.
Ginna a diario toma fotos de los avances de sus cultivos para mantener a sus compradores informados a través de las redes sociales de Comproagro.
Comproagro, además de beneficiar a los campesinos, genera más de 30 empleos directos. Esto, gracias a su centro de acopio en Toca, donde madres solteras le ayudan a ella y a su familia a pelar y limpiar las cebollas y papas y el maíz que cultivan.
Mientras Ginna estudia, su hermano Brayan –que estudia ingeniería civil–, se encarga de administrar el negocio junto a su madre, Rosalba.
Queremos que Comproagro sea la plaza online más grande de productos agrícolas del país y también a nivel internacional
La labor de Brayan es verificar la calidad de los productos en la página, trabajo que lleva a cabo también con algunas de las madres solteras del centro de acopio. Por otro lado, Rosalba, nombrada gerente del proyecto por Ginna, se encarga de que todos estén bien mientras trabajan.
“Estamos cambiando la plataforma y haciendo nuevas alianzas para contribuir en la prosperidad de más y más campesinos. Queremos que Comproagro sea la plaza online más grande de productos agrícolas del país y también a nivel internacional en unos años, para que además de vender los productos los campesinos logren hacer contactos para conseguir sus insumos más económicos”, cuenta la joven campesina.
Fuente: EL TIEMPO