Godfrey Joseph Pascal es uno de los 150 jóvenes capacitados en el Sistema de intensificación del arroz (SIA) por la FAO y el Gobierno de la República Unida de Tanzania. La productividad del arroz en Tanzania es menor que en la mayoría de los países vecinos y es una de las más bajas del mundo. La producción arrocera en el país se está convirtiendo cada vez más en una importante fuente de alimentos, empleo e ingresos para muchos hogares agrícolas, por lo que es un componente clave de la economía. Sin embargo, el país aún depende de las importaciones de arroz.
Godfrey es del distrito de Kilosa, uno de los tres distritos de la región de Morogoro en Tanzania, donde se está implementando el SIA como parte de la Alianza para el desarrollo sostenible del sistema de arroz en África. Este proyecto pretende duplicar la producción y la productividad de arroz del país.
Antes de la capacitación en el SIA, Godfrey nunca había recibido educación formal en agricultura y seguía la senda de sus padres sobre agricultura tradicional de subsistencia.
"Me alegré –dice- de haber sido seleccionado para la formación. Sé que había muchos jóvenes en mi distrito que también ansiaban la oportunidad".
Según Godfrey, la capacitación en el Instituto de Formación de Agricultores de Mkindo fue una revelación. El programa le introdujo a formas modernas de cultivar que promueven una mayor productividad y producción. Godfrey conoció el SIA, una metodología agrícola que aumenta el rendimiento del arroz a la vez que usa menos agua, áreas de cultivo más pequeñas y menos insumos de semillas.
Decidido a aplicar las nuevas habilidades y buenas prácticas agrícolas que adquirió en la formación, Godfrey volvió a casa para transformar su granja de 1,5 acres. "Aprendí sobre la selección de las mejores semillas, sobre el espaciado adecuado y el deshierbe a tiempo y el uso de fertilizantes para obtener los máximos resultados", afirma con seguridad.
Sus rendimientos anteriores oscilaban entre 8 y 20 sacos de arroz. Sin embargo, después de adaptar su granja al método del SIA, llegó a obtener 52 sacos. Godfrey vendió su abundante cosecha por un total de 2 500 USD (TSh 5 200 000). La diferencia en el resultado fue enorme e impresionó a casi todo el mundo a su alrededor, incluidos sus familiares.
"No se podían creer que este fuera el resultado de una formación. Lo asociaban con la brujería. Algunos de los vecinos eran mis propios parientes. ¡Me acusaron de robar arroz de sus granjas por la noche!”, explica mientras recuerda la experiencia.
Finalmente, Godfrey convenció a los miembros de su comunidad de que estos eran los resultados de una nueva forma de trabajar y que deberían probarlo en sus granjas también.
Tatu Kachenje, Oficial de Agricultura, Irrigación y Cooperativas del Distrito de Kilosa, afirma: "les convencimos de que también probaran el SIA en sus granjas. Lentamente, algunos comenzaron a cambiar su forma de trabajar. Ahora más del 80% de los agricultores en el pueblo de Ilonga —de donde proviene Godfrey— practican el SIA. Se ha convertido en un agente clave de cambio en su comunidad".
Las autoridades del distrito de Kilosa quedaron impresionadas por los esfuerzos de Godfrey y facilitaron que participase en las exposiciones regionales Nane Nane (Día del agricultor) de Morogoro. Ganó el Premio al Mejor Agricultor 2017 por el Distrito de Kilosa y para toda la Región de Morogoro y, por tanto, recibió una recompensa en metálico de cerca de 650 USD (TSh 1.5 millones) y una parcela de terreno de tres hectáreas.
Godfrey usó el dinero que recibió del premio —junto con las ganancias de su primera gran cosecha—, para comprar más tierra para expandir sus actividades agrícolas y construir una nueva casa. "Logré pagar las cuotas escolares de mis hijos y comprar cobertura de seguro de salud para mi familia. También construí una nueva casa que ahora he alquilado. Otra casa está en sus etapas finales de construcción", dice, mostrando una amplia sonrisa.
El proyecto SIA está financiado por el Gobierno de Venezuela a través de la Cooperación Sur-Sur. La iniciativa tiene como objetivo aumentar la producción sostenible y la productividad del arroz, promoviendo la adopción de mejores prácticas y el desarrollo de modelos agroindustriales a lo largo de la cadena de valor del arroz.
Fuente: FAO