SANTO DOMINGO.- Con las primeras luces del día, Martín Pérez se encamina hacia su finca para iniciar el ordeño de sus vacas. Más tarde, su esposa Alba Luisa irá a recoger la leche colectada que venden a una empresa de acopio de leche del poblado de Guayacanal, provincia de Azua. Terminado el ordeño, Martín se interna en la finca para trabajar en el cultivo de plátanos y rulos, mientras que Alba Luisa se ocupará del pequeño huerto familiar y la crianza de ovejos que prospera en el patio de su vivienda. Y así, cada día, esta familia de agricultores, cuyos hijos ya abandonaron el nido, se sostiene de lo que producen sus pequeños predios en los que coexisten diversos tipos de agricultura.
La familia de Alba y Martín forman parte de las 347,563 explotaciones agrícolas con que cuenta la República Dominicana, de acuerdo a datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). De estas fincas, 281.526 son unidades familiares, lo que equivale a un 81% de predios agrícolas en manos de familias.
A nivel mundial existen 570 millones de explotaciones agrícolas. De estas, más de 500 millones pertenecen a agricultores familiares. En muchas regiones, los agricultores familiares son los principales productores de los alimentos que consumimos a diario, abasteciendo los mercados locales y nacionales y dinamizando las economías locales. Es decir, que los agricultores familiares representan la base de la seguridad alimentaria.
Sin embargo, aún con los valiosos aportes que realiza la agricultura familiar a la seguridad alimentaria y al cuidado del medio ambiente, su importancia no ha sido lo suficientemente valorada en las políticas públicas del país y de la región.
Es por ello que la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 2014 como el Año Internacional de la Agricultura Familiar, en procura de visibilizar y posicionar la agricultura familiar en el centro de las políticas agrícolas, ambientales y sociales en las agendas nacionales, identificando desafíos y oportunidades para promover un cambio hacia un desarrollo más equitativo y equilibrado.
En el marco de esta celebración, se conformó el Comité Nacional para la Agricultura Familiar, integrado por los ministerios de Agricultura, de Medio Ambiente y Recursos Naturales y de Salud Pública, el Instituto Agrario Dominicano, la Fundación REDDOM, OXFAM, la Articulación Nacional Campesina, FEDECARES y el IICA.
¿A qué llamamos Agricultura Familiar?
Para la FAO, la Agricultura Familiar (incluyendo todas las actividades agrícolas basadas en la familia) “es una forma de organizar la agricultura, ganadería, silvicultura, pesca, acuicultura y pastoreo, que es administrada y operada por una familia y, sobre todo, que depende preponderantemente del trabajo familiar, tanto de mujeres como hombres. La familia y la granja están vinculados, co-evolucionan y combinan funciones económicas, ambientales, sociales y culturales.”
Ente los desafíos que enfrenta la agricultura familiar en el país y en muchos otros de la región se puede mencionar: acceso limitado a recursos productivos como la tierra y el agua, así como a sistemas de financiamiento, poco acceso a mercados para comercializar la producción y escaso uso de la tecnología.
Mejorar esta situación implica entre otras acciones, la elaboración de políticas públicas a favor de la agricultura familiar, aumentar el gasto público y promover la agricultura sostenible y la resiliencia agrícola con una producción orgánica, la reducción de fertilizantes químicos y la aplicación de técnicas apropiadas que no afecten el medio ambiente.
Fuente: FAO