Como siempre, hace mucho calor en la comunidad de Orellana, localizada en la región de Loreto, en la Amazonía peruana. Miguelina Muñoz, campesina de la comunidad, acaba de regresar a su casa para cuidar a sus dos niñas. Estuvo cosechando toda la mañana en su campo de arroz, en compañía de su esposo. La cosecha ha sido muy buena esta vez. El arroz es de buena calidad y Miguelina tiene más que suficiente para satisfacer las necesidades de su familia durante un par de meses.
Hace menos de un año, sin embargo, la situación en Orellana era completamente diferente. La vida en todo el distrito y en la región de Loreto era incomparable a la de hoy.
Las intensas lluvias de los meses de febrero y marzo provocaron una de las inundaciones más fuertes registradas en la historia de Loreto. Más de 159 000 personas resultaron afectadas. Las lluvias arrasaron con escuelas, centros de salud y miles de hectáreas de cultivo.
“Nos ha hecho un daño, nos ha dejado todas las chacras abajo del agua y perdimos todas las semillas”, explica Miguelina, cuyo cultivo de arroz es su principal fuente de ingreso. “El agua se llevó todo. Y no nos quedó ni la semilla para sembrar después”.
En abril, las Naciones Unidas iniciaron una intervención conjunta con las instituciones públicas pertinentes y los gobiernos locales de las zonas más afectadas. La FAO, en colaboración con Cáritas del Perú, las municipalidades locales y el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), trabajó con 1564 familias para garantizar la rehabilitación productiva a nivel de la comunidad. La familia de Miguelina es una de ellas.
El primer paso para la recuperación productiva en la zona fue la entrega de más de 40 toneladas de semilla certificada de arroz y maíz. “Antes, todavía nosotros tuvimos que comprar la semilla después de lluvias fuertes. Ahora, en cambio, no la hemos comprado. Ha sido un gran apoyo lo que nos han dado”, cuenta Miguelina. “Hemos probado la semilla que nos dieron. Necesitábamos acá una semilla de calidad. Seguramente, porque era muy buena y rica la semilla”.
Para Mario, vecino de la familia de Miguelina, la cosecha de arroz también ha sido un éxito. “Nosotros hacemos una cosecha al año. La verdad es que estoy muy contento. Es arroz de calidad y se pila mejor. Se ve la diferencia en el arroz que tuvimos anteriormente. Es un cultivo que demora un poco, pero es un arroz bueno. Estamos muy contentos, acá el rendimiento está muy bien. Hay casi tres toneladas aquí. Y eso solo es para nosotros”, dice Mario, mostrando su cosecha con orgullo. Sabiendo que el promedio de cosecha en la región de Loreto es de 2.9 toneladas, Mario está muy satisfecho de haber podido recuperar su cultivo de manera tan rápida después de las fuertes lluvias.
“También organizaron talleres de manejo de cultivo, de cómo sembrar, regar y cosechar. Por ejemplo, aprendimos a organizar mejor el cultivo de arroz”, cuenta Miguelina. Esta segunda fase del proyecto contribuyó a fortalecer las capacidades de las familias agricultoras afectadas por las inundaciones, a través de capacitaciones organizadas por expertos del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) y de la Dirección Regional Agraria de Loreto (DRA). Mario asistió a dos talleres sobre el arroz y aprendió “cómo regar mejor el arroz, porque cuando la tierra es muy tupida, no se riega”, explica.
Así como Miguelina y Mario, otras 1500 familias agricultoras lograron recuperar más de 1600 hectáreas de cultivos de arroz y maíz con semilla de calidad y sesiones de capacitación en preparación de la tierra, siembra, manejo de cultivos y cosecha.
Además, otras muchas más familias tendrán la posibilidad de recuperar su capacidad productiva rápidamente y mejorar sus medios de vida tras eventos climáticos extremos gracias al Banco de Semillas promovido por el proyecto. “Hemos conversado con los encargados de la iniciativa. Nos han dicho que podemos compartir la semilla con las familias que no tengan”, cuenta Mario. “Va a ser como una devolución de nosotros, que podemos apoyar a otras familias. Aquí ya tenemos nuestras semillas seleccionadas para devolver los 25 kg de semilla”, comenta Segundo, el esposo de Miguelina.
Por primera vez en la región se ha establecido con los beneficiarios que luego de la cosecha de sus cultivos de arroz y maíz, devolverán al proyecto la misma cantidad de semilla entregada: 25 Kg. “Es una buena ayuda de nosotros”, piensa Miguelina. Con este mecanismo de Banco de Semillas, se podrá contar con semillas y beneficiar a otros agricultores en los próximos años y ante futuras emergencias de este tipo.
Sobre el proyecto
Para la ejecución de la intervención conjunta, las Naciones Unidas recibieron el apoyo de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) a través del Fondo Central de Respuesta a Emergencias de las Naciones Unidas (CERF). El proyecto recibió una contribución de USD 914,000 destinada a atender necesidades humanitarias de familias afectadas en la región.
El componente del proyecto ejecutado por la FAO, con el apoyo de Cáritas Perú, tuvo como objetivo facilitar a las familias productoras de arroz y maíz de los distritos de Indiana y Las Amazonas la posibilidad de recuperar de forma inmediata sus medios de vida, y reducir su vulnerabilidad ante futuras inundaciones.
Tomado de: Página oficial de FAO en Perú
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